Google se ha convertido en uno de los motores de búsqueda más populares de todo el mundo, logrando miles de millones de usuarios al año y acumulando más cada día. Gracias a Google tenemos acceso a acervos vastísimos de información, entre ellos, cientos de padecimientos médicos con su respectiva “diagnosis”, el diagnóstico de Doctor Google.
Desde consultas sobre un medicamento y sus ingredientes activos, hasta consultas sobre un padecimiento, se cree que hoy, el 1% de las consultas de Google son relacionadas con la salud. Mucho ha ayudado la publicidad digital, que hoy está siendo más contratada que nunca por la industria farmacéutica; de un 2% ha aumentado hasta un 6%, lo que se traduce en cientos de nuevas consultas para Doctor Google.
Este hábito es realmente preocupante y de interés para el sector salud de todos los países, pues la auto diagnosis puede derivar en la automedicación o autotratamientos, dificultando la atención oportuna de enfermedades más graves.
Recurrir a Google para “conocer” la enfermedad que nos aqueja es una práctica muy común alrededor del mundo y, a pesar de que no es ideal, como tal no conlleva ningún riesgo, pero lo alarmante es que los usuarios sustituyen la visita al médico por su búsqueda en la red.
Diagnóstico pre fabricado
Si bien es cierto que la digitalización en los servicios de salud ha dado pie a que dicha empresa tenga un boom en las ventas de sus productos, también es cierto que muchas personas se fían totalmente de lo que leen en el buscador, sin recurrir a la opinión de un especialista.
Es importante aprender a distinguir entre lo que podemos y no podemos resolver con una simple consulta en Internet; utilizar el recurso de acceso a la red para conocer más sobre un medicamento es una opción viable y es una manera de conocer los posibles efectos alternos, sin embargo, todos los medicamentos deben ser recetados por un profesional calificado.
Fuentes
http://www.milenio.com
https://www.eldiariocba.com.ar
https://www.statista.com