A pesar de todos los escándalos vividos por la red social más poderosa en la actualidad, las personas seguimos recurriendo a Facebook tanto para mantenernos al día de las noticias de nuestros contactos como noticias del mundo, pues tenemos la libertad de tomar el contenido de quien postea y ponerlo en nuestro timeline para que los contactos que nos siguen puedan verlo también, o al menos así era hasta ahora.
Facebook está en una ola de cambios masivos que empezaron después del escándalo de Cambridge Analytica, pues a decir del mismo Zuckerberg se busca regresar al enfoque social con el que nació la plataforma, así como darle a los usuarios más control sobre lo que postean y comparten, pero también de lo que no quieren compartir.
Con el afán de privilegiar el uso de los mensajes privados, Facebook ha entrado en una fase de prueba en la que reemplaza el botón «compartir» por el botón «mensaje». Esto, basado en data de la misma empresa en la que asegura que los mensajes privados empiezan a ganar más popularidad y, buscando que las personas sientan que sus publicaciones son «menos públicas», pues los internautas quieren ser más selectivos con sus datos y publicaciones.
El tiro de gracia a lo orgánico
Analicemos. ¿Realmente los mensajes privados son más usados que la opción share? Hoy muchas personas han decidido migrar su tiempo online a Instagram por considerar que es más inmediata, más auténtica y sobre todo sin tanta «basura» como Facebook porque, siendo realistas el «cambio de algoritmo» para que pudiéramos ver más publicaciones de nuestros conocidos no funcionó igual para todos y entre publicidad en videos, en feed y en mensajes el hartazgo no se hizo esperar.
¿Pero esto qué tiene qué ver con la nueva opción de mensaje? Sencillo, somos más usando Instagram todos los días, cuando estamos navegando ya sea en el feed o en la sección para descubrir y queremos compartir algo en la misma app, solo podemos hacerlo por mensaje directo con algunos de nuestros contactos o, por medio de aplicaciones externas que nos permiten hacer repost (muchas veces a cambio de secuestrar nuestra cuenta para dar like a ciertos posteos que no tienen nada qué ver con nuestros gustos). Tal vez a esto se refieren con la popularidad de la mensajería privada.
Tenemos la idea de que cada red social tiene su uso y objetivo, pero pareciera que Facebook olvida que no es Instagram y cada vez la metamorfosis hace menos claro el objetivo de cada uno de estos espacios cibernéticos, ya que si en Facebook no podemos compartir posteos con nuestros contactos, ¿en dónde será?
Entre lo público y lo privado
Como lo mencionamos anteriormente, la génesis de las redes sociales siempre fue compartir, enterarse y comentar; veo un post, me gusta, lo comparto y mis contactos comentan, era una especie de foro abierto en el que los usuarios podían hacerse escuchar y los marketeros podían medir el interés en cierto tema o producto, era un caldo primigenio rico en opiniones y puntos clave para estrategias de mercadotecnia, ahora, sin la opción de compartir públicamente lo que nos llama la atención, ¿hacia dónde caminará dicha red?
¿Alguien quiere pensar en lo orgánico? Tal vez esta sea la oportunidad para el renacimiento del contenido creado por el consumidor y la implementación de diferentes estilos de storytelling, pero si lo que cuenta son las impresiones, podemos darle un largo adiós a lo ya muy poco que lo orgánico sobrevive en los feed de los billones de usarios mensuales.
Fuentes
www.socialmediatoday.com
www.everyupdates.in
www.trafficjammedia.co