¿»Cancelar» o no «cancelar»? El activismo durante la era digital.

En los viejos tiempos, antes de la era digital, era más fácil lidiar con escándalos públicos sin que todo el mundo se involucrara. Ahora, en el 2019, los tiempos han cambiado y esos mismos cambios han creado una cultura digital llena de nuevas oportunidades, responsabilidades, riesgos y consecuencias.

Al ser una sociedad dividida, con muchas opiniones, poco miedo de expresarlas y un arsenal de datos fácilmente accesibles para usar en contra de todos, los usuarios del internet se han vuelto menos dispuestos a perdonar y a quedarse callados cuando alguien comete un error públicamente. Las protestas ya no están limitadas a marchas y manifestaciones en la calle. Una nueva era ha comenzado que ha dado luz a una nueva forma de activismo digital: la cultura de la anulación, o “cancel culture.”

¿Que es “Cancel Culture”?

Digiday define a esta cultura como “un boicot cultural y hasta financiero de alguna persona, frase, marca, empresa o concepto que ha cometido un error.” Este error puede ser un error monumental, o un error más pequeño. Sin importar la gravedad del error, gracias al gran alcance que tienen las redes sociales, solo es cuestión de que alguien decida comenzar un nuevo movimiento con el potencial de tener un gran impacto para individuos o marcas.

Los errores tampoco tienen que ser verdaderos errores. Con tal de que un grupo de personas estén en contra de una situación, de una declaración, o de algún valor que no coincida con los suyos, es suficiente razón como para tratar de anular o cancelar a una marca. Empoderados por su enojo, el poder de la mentalidad es evidente en estos casos.

¿Porqué nos debería importar estar “cancelados”?

El hecho de estar cancelado tiene el potencial de propagarse rápidamente, pero ¿podrá tener el impacto que muchos temen? Según Digiday, depende de cada marca decidir si, los grupos que buscan destruir su imagen, serán lo suficientemente importantes como para dejar un impacto. Este impacto depende de si el target deseado es quien ha cancelando a la marca.

Un ejemplo de esto es el escándalo que se convirtió la campaña de Nike que uso a Colin Kaepernick en sus anuncios. Esto enfureció a una porción de los consumidores de Nike que están en contra de los valores políticos que representa Kaepernick. Aparte de declarar que la marca estaba “cancelada”, algunos usuarios llegaron al punto de demostrar su enojo al publicar contenido en redes sociales que consistían en la destrucción de productos Nike. Su protesta agresiva fue tan impactante que llamó la atención de varios medios y se volvió viral. Aunque podría parecer que esto dañe la imagen de Nike, y por lo tanto sus ventas, en realidad no salió afectada, ya que la mayoría de los consumidores de Nike son aquellos que están de acuerdo con el punto de vista de Kaepernick. De hecho, Nike obtuvo $6 millones de dólares gracias a sus consumidores leales que compraron más productos como una respuesta a las protestas.

En algunos casos, “cancel culture” puede tener un impacto positivo al crear cambios sociales que hablan de temas importantes como el racismo, sexismo, acoso y más.

Cuando se trata de una crisis de cancelamiento, es importante tomar medidas pro activas y reactivas para disminuir el impacto en tus ventas e imagen. Lo más recomendable es enfocarse en crear una buena fundación entre la marca y el consumidor al desarrollar relaciones que aportan valor.

Fuente: digiday.com / vox.com